Con
los ojos tan brillantes como el sol resplandeciente,
un
corazón más fresco que los jardines de Yazrib y Ta’if,
los
hábitos y el comportamiento más claros
que
las noches de luna llena del Hiÿaz (región de Arabia),
un
pensamiento más penetrante que los fuertes vientos,
una
forma de hablar encantadora,
un
corazón con luz celestial,
determinación
firme como una espada afilada
y
palabras celestiales en la lengua
este
es Muhammad (s.a.s), hijo de Abdullah,
el
profeta de Arabia,
el
profeta que destruyó los ídolos
que
habían separado a los hermanos de los hermanos.
No
solamente destruyó los ídolos de madera y piedra,
sino
que también rompió los ídolos de la riqueza,
los
hábitos indecentes y el tribalismo.
Assalamu aleikum.
ResponderEliminarY que excelente modelo para nosotras, nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), la mejor de las personas.
Tenemos mucho que aprender de El.
ResponderEliminarGracias hermana por tu visita