viernes, 30 de septiembre de 2011

Lágrimas que hablan


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Hay lágrimas de amor, de temor, de dolor, de esperanza.

Las mejores son las que caen cuando estás solo,

llorando por temor, esperanza y amor de Allah.


Una sola lágrima derramada puede apagar el fuego del infierno,

mientras el agua de todos los mares no puede hacerlo.

Los dones que tenéis vienen de Allah.

Sin embargo, cuando os toca algún mal, es cuando Le imploráis".

Coran 16, 53


A veces necesitas las lágrimas

para decir lo que las palabras no pueden.


jueves, 29 de septiembre de 2011

Cada latido...


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Cada latido de tu corazón es una invocación a Allah.

Cada movimiento de tus párpados, de tus cejas,

cada parpadeo de tus ojos es una posternación a Allah.

Cada movimiento involuntario de tu cuerpo,

cada escalofrío de alegría,

de pena o de miedo,

es un recuerdo de la esperanza

y del temor reverencial inspirados por Allah.

Cada suspiro exhalado,

cada respiración,

es ya un murmullo de tu fe en Allah.

Pues es El quien te ha dado la vida

y es El a quien estás sometido.

Cada murmullo de tus labios

debe preceder la invocación de Su Nombre.

Y todos tus deseos deben mirar unicamente a complacerlo.

Pues dondequiera que estás,

hagas lo que hagas,

Allah está contigo y no te abandona.

Y si hoy tu ser y tu fe están a salvo,

en este mundo lleno de peligros,

sano y salvo, si,

como tu lengua está a salvo entre tus dientes

que no le causan ningún mal,

es siempre gracias a Allah.

Adórale pues a cada instante,

con tu persona, tus palabras, tus acciones.

Porque El te ama, te ha buscado,

ha querido que lo conocieras,

sacándote de la ignorancia,

preparándote para la felicidad...

No Le olvides nunca, y no te alejes nunca de El,

pues no hay desgracia más grande que alejarse,

separarse…y que El nos abandone…que Allah nos guarde siempre.

A Allah pertenecemos y hacia Allah será nuestro retorno.

(Inna lillahi wa inna aleyhi raji’un)


viernes, 16 de septiembre de 2011

Recordando Allah


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Recordando Allah siempre...
de pié, sentados, tumbados

[3.Surah Al-Imran : Ayahs 191-192]
Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y acostados y reflexionan sobre la creación de los cielos y la tierra: ¡Señor nuestro! No creaste todo esto en vano.
¡Gloria a Ti! Presérvanos del castigo del Fuego.
¡Señor nuestro! Es cierto que a quien pongas en el Fuego lo habrás degradado.
Y no hay quien auxilie a los injustos.

[10.Surah Yunis : Ayah 12]
Y cuando el hombre es tocado por el mal, Nos suplica acostado, sentado o de pie; pero cuando lo libramos de él, sigue como antes, como si no Nos hubiera suplicado por un mal que le tocó.
Así es como hacemos que a los que se exceden les parezcan hermosas sus acciones.


[25.Surah Furqan : Ayahs 63-64]
Y los que pasan la noche postrados y en pie, por su Señor.
Y los que dicen: ¡Señor nuestro! Aparta de nosotros el castigo de Yahannam;
realmente su castigo es un tormento permanente.

[94.Surah Al-Sharh : Ayahs 7-8]
Así pues, cuando hayas acabado, esfuérzate por más y a tu Señor anhela.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Como las flores...


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Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Expandiendo por doquier la fragancia de la dulzura y del amor.

Amándose unos a otros por Allah.


Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Haciendo del jardín el más bonito y atractivo,

cuyas flores tengan el color de la paciencia y del temor de Allah.


Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Siempre sonriendo y agradeciendo Allah por todas las bendiciones.


Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Ayudándose unos a otros, encomendándose el bien y prohibiéndose el mal.


Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Recordando siempre a Allah, obedeciendo Sus mandatos y agradándole.


Los musulmanes deberían ser como las flores, floreciendo en el jardín del Islam.

Absorbiendo la lluvia de Su misericordia, adorando a Allah, diciendo Al-Hamdulillah.


Rabiah Bint ul Islam


viernes, 2 de septiembre de 2011

A mi Amado Profeta (sas)


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Un día, pensando en nosotros te deshiciste en lágrimas delante de tus compañeros.

Era un día triste, pues morirías unos días más tarde,

para encontrate con Allah.

Llorabas porque desde donde estabas,

a miles de años de distancia,

nos echabas de menos,

sí a nosotros, a quienes llamabas tus hermanos.

Sabías que íbamos a existir en un futuro lejano

y que creeríamos en ti sin haberte visto nunca.

¡Oh Tú, nuestro Bien Amado!

Hoy somos nosotros los que lloramos,

y por el mismo motivo,

porque te echamos tanto de menos.

Tú, nuestro hermano mayor, nuestra guía, nuestra luz.

Te amamos Rasulullah,

y en ti hemos puesto la fe de nuestro corazón

a pesar de que nunca hemos vivido junto a ti.

Pedimos a Allah

que nos haga encontrarte en la Alegría Eterna,

a Tu lado, en el Paraíso.

¡Ya Rasulullah!

Si me dijeran

que para encontrarte

tendría que recorrer la tierra de norte a sur,

dejar mi familia y mis bienes, viajar solo y a pié

y que quizás perecería en el intento,

sabe que, sin dudarlo, ahora mismo me pondría a caminar...