Ahora que Ramadán
es solo
un vago recuerdo en nuestras mentes,
parémonos a reflexionar:
►¿Fue en Ramadán
la última
vez en que leimos el Corán?
►¿Fue en Ramadán
la última
vez que nos levantamos a rezar por la noche?
►¿Fue en Ramadán
la última
vez que ayunamos?
Sabed que si queremos
saber
si nuestras buenas obras durante Ramadán
fueron aceptadas
debemos ver en
qué estado nos encontramos después,
pues verdaderamente las buenas obras
producen más buenas obras.
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