Un esposo, irritado con su
esposa, le dijo en tono amenazante:
- ¡Te haré desgraciada!
La esposa respondió
tranquilamente:
- Tú no tienes el poder de hacerme
desgraciada,
ni tampoco el de hacerme feliz.
ni tampoco el de hacerme feliz.
El esposo, furioso, preguntó:
- ¿Cómo que no tengo el poder?
La esposa respondió con
seguridad:
- Si la felicidad fuera una
cuestión de dinero, me podrías privar de él;
si fuera una cuestión de regalos y joyas, me podrías desproveer;
pero la felicidad proviene de algo sobre lo que tú no tienes ningún poder,
ni tú ni nadie en el mundo.
si fuera una cuestión de regalos y joyas, me podrías desproveer;
pero la felicidad proviene de algo sobre lo que tú no tienes ningún poder,
ni tú ni nadie en el mundo.
El esposo, sorprendido,
preguntó:
- ¿Y qué es, entonces?
La esposa respondió con
convicción:
- Encuentro la felicidad en mi
fe,
y mi fe está en mi corazón;
y nadie tiene poder sobre mi corazón,
a excepción de Allah, Ta’ala.
y mi fe está en mi corazón;
y nadie tiene poder sobre mi corazón,
a excepción de Allah, Ta’ala.
Salam aleikum que gran verdad, hermana. Siempre digo que soy feliz a pesar de otdo y pase lo que pase y la gente me mira como una loca o una tonta. Pero es muy cierto que encontré la felicidad en mi religión, alhamdullilah. Me gusta mucho tu blog, por aquí me quedo.
ResponderEliminarWa aleykoum salam hermana.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
La felicidad no esta en lo material sino en nuestra fe.
Al-hamdulillah que Allah nos ha hecho musulmanas, que podamos morir y resucitar como tales. Amin
Allahuma amin
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