Esta mañana fui a correos a hacer unas gestiones. Segun me acercaba para entrar, con mi peque en brazos, vi a una chica a pocos metros, con su nena en el carrito, que se dirigía también a la puerta para entrar. Abrí la puerta y le dí la preferencia a ella, algo de lo más normal...pero la chica no se lo esperaba y me dirigió un sorprendido y alegre “grazie!!!”.
Entrando ella primero se dirigió a la máquina de los números para esperar su turno, y yo detrás esperé a que ella cogiera su numero para después yo coger el mio. Y ella sacó el número y se dió la vuelta para darmelo a mi...desde luego mi “grazie!!!” fue más sorpredido y alegre que el suyo!
Un pequeño gesto, grande para mi, para nosotras.
Un pequeño gesto, grande para mi, para nosotras.
Porque estos gestos son oportunidades que ayudan a que los demás vean la imagen verdadera del Islam. Y oportunidades así se nos presentan muchas cada dia, aprovechémoslas.
El Profeta Mohammed (sas) nos enseñó:
“Se amable, siempre que la bondad se haga una parte de algo, lo embellece y siempre que sea eliminada de algo, lo deja deslustrado y sin brillo”. (Muslim, Birr, 78; Abu Dawud, Adab, 11)
Y si hay veces que nos miran mal o murmuran contra nosotras, una buena palabra y una sonrisa, siempre, desarman al más pintado...os lo aseguro.
Nos lo enseñó también nuestro amado Profeta Mohammed (sas):
“No desdeñes realizar ni siquiera una ínfima parte de lo bueno, incluso saludar a tu hermano con una sonrisa alegre en tu rostro”. (Muslim, Birr, 144)
El Profeta Mohammed (sas) nos enseñó:
“Se amable, siempre que la bondad se haga una parte de algo, lo embellece y siempre que sea eliminada de algo, lo deja deslustrado y sin brillo”. (Muslim, Birr, 78; Abu Dawud, Adab, 11)
Y si hay veces que nos miran mal o murmuran contra nosotras, una buena palabra y una sonrisa, siempre, desarman al más pintado...os lo aseguro.
Nos lo enseñó también nuestro amado Profeta Mohammed (sas):
“No desdeñes realizar ni siquiera una ínfima parte de lo bueno, incluso saludar a tu hermano con una sonrisa alegre en tu rostro”. (Muslim, Birr, 144)
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