No te aflijas por las pruebas
ni te regocijes por la
opulencia.
Asi como el oro es purificado por el fuego,
el hombre virtuoso es
forjado por las pruebas.
En verdad, no alcanzarás tu meta
más que renunciando a lo que
deseas,
y no obtendrás lo que deseas
más que soportando con
paciencia
lo que detestas.
Asi pues haz todo lo que puedas
por observar lo que
te ha sido impuesto,
satisfacete del destino decretado por Allah,
y sea lo que
sea que te llegue,
permanece erguido,
tu recompensa llegará.
– Ali, Radiallahu Anhu
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