Esta es la historia de un sahabi llamado Abu Qilaba que tuvo el siguiente sueño:
“Vio en sueños un Cementerio cuyas tumbas se habían agrietado, los difuntos habían salido de ellas y se habían sentado sobre sus bordes.
Cada uno tenía en su mano una lámpara de luz, pero advirtió que uno de ellos no la tenía.
Cada uno tenía en su mano una lámpara de luz, pero advirtió que uno de ellos no la tenía.
Entonces le preguntó:
¿Por qué no veo en tus manos luz?
¿Por qué no veo en tus manos luz?
El difunto contestó: Éstos tienen hijos y amigos que oran a Allah y dan limosna por ellos. Esa luz es la que les envían, pero yo tengo un hijo que no es bueno y no ora ni da limosna por mí. Por eso no tengo una luz como estás viendo y me siento avergonzado entre mis vecinos.
Cuando Abu Qilaba despertó del sueño, se dirigió al hijo del difunto y le contó lo que había visto sobre la situación de su padre.
El hijo le contestó:
"Me arrepiento aquí delante de ti y no volveré a hacerlo más".
"Me arrepiento aquí delante de ti y no volveré a hacerlo más".
Comenzó entonces a orar intensamente por su padre, después de terminar la oración, pasado un cierto tiempo, Abu Qilaba vió en sueños aquel mismo Cementerio, tal y como lo había visto anteriormente, y advirtió que aquel hombre tenía ahora una luz de la que salía un resplandor más luminoso que el sol y una luz mayor que la de sus compañeros.
El difunto le dijo entonces:
"Oh Abu Qilaba, que Allah te recompense lo que has hecho por mí. Gracias a tus palabras he escapado del fuego y me he librado de la vergüenza de los vecinos”.
"Oh Abu Qilaba, que Allah te recompense lo que has hecho por mí. Gracias a tus palabras he escapado del fuego y me he librado de la vergüenza de los vecinos”.
Libro del Jardin de los Justos.
Iman Nawawi
Iman Nawawi
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