"El tiempo es nuestro capital en esta vida. Hay que
invertirlo para que nos de el mayor beneficio”.
Cuando el Profeta, sallallahu `alayhi wa sallam, recibió la orden de “levantarse y advertir”, comenzó a llamar a las gentes al Islam, y continuó haciéndolo, noche y día, hasta que murió. El tiempo era muy importante para él, y aprovechaba cada minuto de la mejor forma posible. Se reunía regularmente con sus compañeros para enseñarles el Corán y prevenirles de la desobediencia a Allah . Era un ejemplo para ellos, con sus palabras y con sus obras.
Cuando el Profeta, sallallahu `alayhi wa sallam, recibió la orden de “levantarse y advertir”, comenzó a llamar a las gentes al Islam, y continuó haciéndolo, noche y día, hasta que murió. El tiempo era muy importante para él, y aprovechaba cada minuto de la mejor forma posible. Se reunía regularmente con sus compañeros para enseñarles el Corán y prevenirles de la desobediencia a Allah . Era un ejemplo para ellos, con sus palabras y con sus obras.
El resultado de este trabajo fue que sus compañeros consideraban su fe la cosa más importante para ellos. Y cuando debían elegir entre sus casas, sus clanes y su modo de vida por un lado y la lucha en compañía del Profeta, sallallahu `alayhi wa sallam, por otro, elegían éste último, y emigraron por Allah y se sacrificaron por aquello en lo que creían. Después de trece años de duro trabajo y sacrificio en Meca, el Profeta y sus compañeros obtuvieron la victoria en Medina.
¿Cómo nuestros esfuerzos se pueden comparar con los del Profeta y sus compañeros?
Un año de nuestra vida ha pasado.
¿Cuántas buenas obras
hemos realizado para el Día del Juicio?
¿Qué hemos hecho, como individuos y como
comunidad, por el Islam?
¿Vivimos distraídos con nuestra riqueza y nuestros hijos, lejos de la obediencia
a Allah y de la lucha en Su camino?
Allah ha dicho:
"¡Vosotros que creéis! Que ni vuestras riquezas ni
vuestros hijos os distraigan del recuerdo de Allah. Y quien lo haga...Esos son
los perdedores”.
(Qur'an,
63:9)
Fue narrado por Ibn Mas’ud (que Allah esté complacido con él) que el
Profeta (la paz y las bendiciones desciendan sobre él) dijo:
“El hijo de Adán no será presentado ante su Señor el Día de la
Resurrección, hasta que se le haya preguntado sobre cinco asuntos: su vida y
cómo la vivió, su juventud y cómo la utilizó, su riqueza: cómo la obtuvo y en
qué la gastó, y cómo actuó con el conocimiento que adquirió”.
¿Hemos utilizado nuestra vida para ayunar,
rezar, recomendar el bien y prohibir el mal o la hemos utilizado para sucumbir
a nuestros deseos?
Los musulmanes nos tenemos que dar cuenta de la importancia del tiempo, es
nuestro capital en esta vida y tenemos que invertirlo para que nos dé el mayor
beneficio posible.
Supongamos por un momento que cada musulmán dedique
una hora al día a trabajar por Allah. En términos
financieros generaría un mínimo de 1 billón de
euros al día, ¡360 billones de euros al año!
Si esta cifra se dedicara al trabajo islámico,
cambiaría completamente la faz de la tierra.
Supón que cada musulman gastara una hora de su
tiempo en llamar a las gentes al camino de Allah: ¡millones
de personas entrarían en el Islam!
Los musulmanes hoy en día
necesitamos construir nuestra Ummah, y darle vida. Y esto no se realiza con
discusiones inútiles, sino con trabajo duro, sincero,
continuo, cuidadoso y planificado.
Necesitamos reforzar el cuerpo de esta Ummah y protegerlo
de los peligros que lo rodean.
Necesitamos que los musulmanes recuperemos nuestra
identidad, nuestra historia, nuestra riqueza y seamos una única nación.
Y para conseguirlo tenemos que invertir en cada persona
musulmana, porque es esta el verdadero instrumento para el cambio.
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