El Imam Hanifa era
conocido
por su sabiduría y por su devoción,
pero también lo era por su sentido
del humor.
Una vez un hombre le preguntó:
- Oh Imam, cuando me baño en el río,
¿debo
volverme hacia la Qibla,
o ponerme en sentido contrario a ella?
El Imam le respondió
solemnemente:
- Si yo fuera tú,
me volvería hacia donde esta mi ropa,
para
asegurarme que nadie me la roba...
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