La limpieza no dura,
por eso
nos duchamos
y nos lavamos los dientes todos los días.
Lo mismo pasa con
nuestro corazón,
tenemos que rezar,
recordar a Allah,
recitar el Corán
y
arrepentirnos de nuestros pecados cada día.
El corazón es la parte del
cuerpo
que Allah ha favorecido sobre las demás.
Es el lugar donde se encuentra
la fe
y el lugar donde se juzga la sinceridad de nuestras acciones.
No hay otra
parte del cuerpo
ni de nuestra existencia
que debamos cuidar más.
Ay de
aquellos cuyos corazones escuchan el Corán
y no se vuelven humildes y temerosos
por ello.
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