sábado, 7 de diciembre de 2013

Idolos

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Lo ídolos más peligrosos son los abstractos. 
Esto es, cuando te tomas a ti mismo como un ídolo, 
cuando adoras tu mente, tus deseos y tu propio beneficio, 
y nadie te importa excepto tú mismo.


“¿Acaso crees [¡Oh, Muhammad!] que puedes velar por las obras de quienes hacen todo lo que les dictan sus pasiones?”. 
Coran 25, 43

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