I
Se transmitió de
Sahl ibn Saad que dijo:
"Un hombre
se quejó al Mensajero de Allah
de su pobreza y estrechez en la vida diaria.
Y le dijo el
Mensajero de Allah :
"Cuando
entres en casa, saluda si hay alguien
y si no hay nadie salúdame a mí,
después
recita el sura del Corán Al-Ikhlas una vez".
Así lo hizo y
Allah, el Altísimo, derramó a raudales sobre él la provisión
y le colmaron con
creces sus vecinos".
Tafsir Al-Qurtubi
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