jueves, 14 de octubre de 2010

Vivir para contarlo... ¿y después?





Ayer seguimos con emoción el rescate de los mineros chilenos atrapados bajo tierra desde hacía más de dos meses.
Los ibamos contando, a medida que salían, a medida que pasaban las horas y nuestra alegría aumentaba al ver como poco a poco cada familia podía abrazar por fin a su ser querido.

Durante todo el tiempo que estos mineros estuvieron atrapados pudimos ver como ellos rezaban, sus familias rezaban y pedían a Dios su salvación. Todos ellos, más o menos creyentes, se acordaron de Dios y le suplicaron que les sacara de alli con vida.
Y Dios los sacó, los salvó, sus vidas no acabaron alli.

Y ahora que han sobrevivido y lo pueden contar me pregunto si su devoción seguirá como cuando estaban dentro, si se acordarán de agradecer a Dios Su inmenso favor, si le seguirán recordando cada día...

Cuántos de nosotros nos acordamos de Dios sólo cuando nos sobreviene una tragedia, cuando pasamos por periodos difíciles, cuando nos hace falta que nos “eche” una mano.
Y cuando Dios nos ayuda, cuando nos socorre, cuando nos saca del apuro, ¿le agradecemos suficientemente?, ¿le recordamos de la mejor forma que podemos, es decir, adorándole como El quiere, siguiendo el Corán y la Sunna?.

“Y cuando el hombre es tocado por el mal, Nos suplica acostado, sentado o de pie; pero cuando lo libramos de él, sigue como antes, como si no Nos hubiera suplicado por un mal que le tocó”.
(Coran 10, 12)

Sólo de Allah viene la ayuda, sólo en Allah encontramos consuelo y fuera de El, simplemente no hay nada.

“Di: No nos ocurre sino lo que Allah ha escrito para nosotros.Él es Quien vela por nosotros y en Allah se confían los creyentes”.
Coran 9:51


“Así pues, recordadme que Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo”.
Coran 2, 152

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