Se empaña como se empaña el cristal,
Se desnuda como se desnuda el cuerpo
Tiene hambre y sed como el cuerpo,
- Ibn Al Qayyim
Oh vosotros, mis hermanas y hermanos, sois la Comunidad de Mohammed (aleyhi salat wa salam), aquel que soportó todo y sacrificó todo para que fuérais musulmanes.
No olvidéis que Allah lo eligió como Guía Sabia para vosotros, que os trajo el Corán Perfecto para que lo siguiérais, y la Sunna Pura para que la observárais.
No olvidéis que vino a vosotros con el Islam como Misericordia y Salvación para la Humanidad.
No olvidéis que con los demás Profetas (paz para todos), el camino fue largo, arduo y lleno de dificultades para que la Verdad os llegara, para que la Luz Eterna os iluminara.
No olvidéis que esta Herencia es Noble, que vosotros sois los depositarios y los responsables ante el mundo entero.
No olvidéis que esta herencia merece que afrontéis con valentía todas las pruebas posibles para, a través vuestro, preservarla y, a través vuestro, trasmitirla y perpetuarla.
No olvidéis que si no lo hacéis, Allah no tiene necesidad de vosotros, que El se basta a Sí Mismo, y que en nada le podéis perjudicar. El Islam tiene por destino triunfar, con o sin vosotros.
No olvidéis que apartandoos de las prescripciones del Corán y la Sunna, será a Vuestro Profeta (aleyhi salat wa salam) al que entristeceréis, al que le pesará, que os está esperando en el Paraíso, a su lado; y que a pesar de que El lo haya ya ganado, la sola idea de encontrarse alli sin vosotros, apaga su alegría, pues El os ama y se preocupa por vosotros con una indescriptible generosidad.
No olvidéis que esto, la tristeza del Profeta (aleyhi salat wa salam), no deberíais poderla soportar.
Entonces, no olvidéis que ser musulmanes no se limita a una palabra que vuestra boca pronuncia.
Ser musulmán es una realidad que debe trascender vuestro corazón y cada una de las acciones de vuestra vida.
Ser musulmán es reconocer sinceramente, en vuestro interior, el valor auténtico del Coran, de la Sunna, y confirmar al mismo tiempo vuestra fe en ellos poniéndolos en práctica cotidianamente, siempre, mientras viváis, sin importar el contexto ni las dificultades, asi como Allah y Su Mensajero os han exhortado por vuestro bien para que os merezcáis los Jardines de la Felicidad.
Oh vosotros, mis hermanos y hermanas, sois la Mejor Comunidad que nunca haya existido, la de Mohammed (aleyhi salat wa salam), hermana en Humanidad de todas las demás, al compás con todas las palabras monoteistas reveladas, emblema de Paz, de Sabiduría y de Grandeza Universales, de los Valores Auténticos más elevados de toda la Eternidad.
Sed orgullosos, sed dignos, sed los guardianes leales.
Sed musulmanes en el verdadero sentido de la palabra, aquellos que tienen por modelo el ejemplo de Mohammed (aleyhi salat wa salam) y de los devotos predecesores.
El que fabrica una máquina es quien conoce como funciona,
y lo que hay que hacer cuando tiene alguna avería.
Las máquinas siempre vienen
con el manual de instrucciones del fabricante
en lo que a su funcionamiento se refiere.
Allah Ta’ala ha creado al hombre por Su poder.
Lo ha formado en el vientre de la madre,
allí donde ninguna mano puede llegar
y donde ningún ojo puede ver ni explorar.
Es pues Allah el único que sabe
como hacer funcionar correctamente la máquina humana,
y qué es lo que puede provocar una avería.
Y es para indicarnos el manual de funcionamiento
para lo que ha enviado a los Profetas.
El último en ser enviado fue el Profeta Mohammed, sas.
Aquel que utilice su cuerpo
de acuerdo a las enseñanzas del Profeta Mohammed, sas,
tendrá éxito.
Y aquel que utilice su cuerpo
contrariamente a sus instrucciones,
se desviará,
y su desvío lo verá claramente el Día Final.
“Igualmente os hemos enviado un Mensajero
que viene de vosotros mismos
y que os recita Nuestros signos,
os purifica, os enseña el Libro y la Sabiduría
y os enseña lo que no sabíais”.
Coran 2, 151
La súplica y la búsqueda de protección de Allah son como armas, pero el filo de un arma no es suficiente para provocar efecto alguno, ya que la persona que la maneja también cumple su función.
Por ello cuando un arma es perfecta y el brazo es fuerte, y no hay factores que lo impidan, entonces provocará un efecto en el enemigo.
Pero si falta alguno de esos factores, el efecto se verá disminuido.
Así funciona la súplica, si ésta no es correcta en sí misma, o si la persona que la efectúa no ha combinado su corazón y sus palabras en la súplica, o si existe algún factor que impida su respuesta, el efecto deseado no ocurrirá.
-Ibn Al-Qayim
Elige una persona que haga de tu vida
un camino al Paraíso,
en lugar de una persona que te haga creer
que el Paraíso se encuentra aqui…