Cuando estás triste, ella llora
Cuando te hieres, ella sangra
Cuando eres feliz, ella está serena
Cuando te falta algo, ella removería los cielos y la tierra para dártelo.
No le vuelvas nunca la espalda,
Ayúdala, ámala, cuídala, como al más precioso de los diamantes,
Pues nada podrá sustituir a tu madre.
La llave del paraíso está a los pies de nuestra madre, no lo olvidemos.
Cuando te hieres, ella sangra
Cuando eres feliz, ella está serena
Cuando te falta algo, ella removería los cielos y la tierra para dártelo.
No le vuelvas nunca la espalda,
Ayúdala, ámala, cuídala, como al más precioso de los diamantes,
Pues nada podrá sustituir a tu madre.
La llave del paraíso está a los pies de nuestra madre, no lo olvidemos.
De Abu Huraira, Allah esté complacido con él,
que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
"Vino un hombre al Mensajero de Allah,
El le bendiga y le dé paz y le preguntó:
‘¡Oh Mensajero de Allah!
¿De toda la gente,
a quién le corresponde el mayor derecho
a que se le haga el bien y se le dé compañía?’
Dijo: ‘A tu madre.’
Y dijo: ‘Después ¿a quién?’
Dijo: ‘A tu madre.
’Y dijo: ‘Después ¿a quién?’
Dijo: ‘A tu madre.
’Y dijo: ‘Y después ¿a quién?’
Dijo: ‘A tu padre’."
Lo relataron Al Bujari y Muslim.
El paraíso está en los pies de las madres.
(Al-Hadiz: Al Nisai, Ibn Maja, Ahmad)
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