Un hombre casado afirmó:
- Las mujeres son como los
zapatos,
las puedes cambiar y sustituir
cada vez que lo desees...
Las personas que estaban a su
alrededor
se miraron entre si y,
notando la presencia de un hombre sabio,
le
preguntaron:
- ¿Qué piensa de esta
afirmación?
El hombre respondió diciendo:
- Lo que ha dicho este hombre
es cierto,
la mujer es como un zapato
a los ojos de aquel que se considera a si
mismo un pie...
mientras que es una corona de oro
para aquel que se considera a
si mismo un rey.
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