No hay éxito, excepto a través de la
obediencia a Allah;
ni poder excepto a través de ser humilde ante Él;
ni
riqueza excepto a través de ser dócil con Su Misericordia;
ni guía, excepto que
sea abrazando Su luz.
No hay vida, excepto que sea a través de ganar Su
complacencia;
ni alegría excepto que sea a través de la cercanía a Él.
El
corazón no puede ganar éxito, ni rectitud excepto que sea sincero con Allah y gane Su amor.
En verdad, es Allah Quien aprecia cuando es
Obedecido, absuelve y perdona cuando Él es desobedecido, acepta las súplicas
cuando Se le invoca y recompensa cuando Su llamada es atendida.
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