Cuando
te postres confíale tus secretos,
pero no dejes que ni siquiera
quien está a tu lado te oiga.
Murmúrale con lágrimas en los ojos
porque El es el Señor de tu corazón.
Cuando llegue un nuevo día
dale la bienvenida
y recíbelo como se merece,
cumple con tus
oraciones obligatorias,
realiza tus acciones segun la sunna,
recita
el Corán y arrepiéntete nuevamente.
Y además de todo esto,
¡sonríe!
Porque hay alguien a quien le importas,
que te ayuda,
que
te escucha
y que te ve.
Es Allah.
No te ha hecho llorar sino para
hacerte reir,
y no te ha quitado algo sino para darte más,
y no te
ha privado sino para aumentar su gracia contigo,
y no te ha provado
sino para amarte.
No hay mas dios que Allah.